Leonardo Da Vinci pudo sufrir un trastorno por déficit de atención e hiperactividad
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- mayo 27, 2019
- Generales, Internacionales
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El genio renacentista Leonardo da Vinci produjo parte del arte más icónico del mundo, pero los relatos históricos muestran que luchó para completar sus obras y esa incapacidad para terminar sus proyectos pudo deberse a un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Ésta es la explicación que ofrecen los investigadores Marco Catani, del King’s College de Londres (Reino Unido), y Paolo Mazzarello, de la Universidad de Pavia (Italia), en un estudio publicado en la revista Brain.
Los investigadores exponen la evidencia que respalda la hipótesis de que Da Vinci pudo tener TDAH basándose en relatos históricos de las prácticas de trabajo y el comportamiento del artista. Además de influir en su procrastinación crónica, este trastorno pudo haber influido también en la extraordinaria creatividad y los logros de Leonardo en las artes y las ciencias.
«Si bien es imposible hacer un diagnóstico ‘post mortem’ para alguien que vivió hace 500 años, confío en que el TDAH es la hipótesis más convincente y científicamente plausible para explicar la dificultad de Leonardo para terminar sus obras. Los registros históricos muestran que Leonardo pasó demasiado tiempo planificando proyectos, pero careció de perseverancia. El TDAH podría explicar aspectos del temperamento de Leonardo y su extraño genio volátil», apunta Catani, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College.
Procrastinación continua
El TDAH es un trastorno del comportamiento caracterizado por la procrastinación continua, la incapacidad para completar las tareas, la confusión mental y la inquietud del cuerpo y la mente. Aunque es más comúnmente reconocido en la infancia, se diagnostica cada vez más entre los adultos, incluidos los estudiantes universitarios y las personas con carreras exitosas.
Las dificultades de Da Vinci para apegarse a las tareas se generalizaron desde la infancia. Los relatos de biógrafos y contemporáneos muestran que Leonardo estaba constantemente en movimiento, a menudo saltando de tarea en tarea. Como muchos de los que tienen TDAH, dormía muy poco y trabajaba continuamente día y noche alternando ciclos rápidos de siestas cortas y tiempo despierto.
Junto con los informes de comportamiento errático y proyectos incompletos de otros artistas y patrocinadores, incluido el papa León X, hay evidencia indirecta que sugiere que el cerebro de Leonardo se organizó de manera diferente en comparación con el promedio. Era zurdo, probablemente disléxico y dominaba el lenguaje en el lado derecho de su cerebro, todos lo cual es común entre las personas con TDAH.
Voraz curiosidad
Quizás el lado más distintivo y, sin embargo, perturbador de la mente de Leonardo fue su voraz curiosidad, que impulsó su creatividad y también lo distrajo. Catani sugiere que el TDAH puede tener efectos positivos. Por ejemplo, vagar por la mente puede alimentar la creatividad y la originalidad. Sin embargo, si bien es beneficioso en las etapas iniciales del proceso creativo, esos mismos rasgos pueden ser un obstáculo cuando el interés cambia a otra cosa.
«Hay una idea errónea que prevalece sobre el hecho de que el TDAH es típico de los niños con poca inteligencia, destinados a una vida problemática. Por el contrario, la mayoría de los adultos que veo en mi clínica informan de que han sido niños inteligentes e intuitivos, pero desarrollan síntomas de ansiedad y depresión más adelante en la vida por no haber logrado su potencial«, comenta Catani, especialista en el tratamiento de afecciones del desarrollo neurológico como el autismo y el TDAH.
Catani considera «increíble que Leonardo se considerara a sí mismo como alguien que había fracasado en la vida». «Espero que el caso de Leonardo muestre que el TDAH no está vinculado a un bajo coeficiente intelectual o falta de creatividad, sino a la dificultad de capitalizar los talentos naturales. Espero que el legado de Leonardo nos ayude a cambiar algunos de los estigmas en torno al TDAH», concluye.