Alrededor de 13 millones de toneladas de plástico se filtran en los océanos cada año
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- junio 10, 2019
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Este sábado se celebra el Día Mundial de los Océanos, una fecha que la ONU aprovecha para recordar que alrededor de 13 millones de toneladas de plástico se filtran en los océanos cada año, lo que provoca, entre otros daños, la muerte anual de unas 100.000 especies marinas.
Con la declaración de esta jornada mundial, Naciones Unidas pretende fomentar una mayor concienciación sobre estos ecosistemas y las cuestiones de género y descubrir las posibles formas de promover la igualdad de género en actividades marinas, como la investigación científica, la pesca, el trabajo en el mar, la migración y la trata de personas, así como la formulación de políticas y la gestión.
El mensaje de Naciones Unidas indica que los océanos son los ‘pulmones’ del planeta, ya que generan la mayoría del oxígeno que se respira. Además, constituyen una fuente importante de alimentos y medicinas y una parte esencial de la biosfera.
La presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, ha lanzado la campaña mundial Play It Out para acabar con la contaminación por plásticos tras décadas de utilización excesiva y aumento del consumo de plásticos de un solo uso.
A pesar de que la mayoría de los plásticos se supone que quedan intactos durante décadas o siglos después de su uso, los que se deteriroran acaban convirtiéndose en microplásticos, y los peces y otros animales marinos acaban consumiéndolos, pasando de esta manera a la cadena alimentaria mundial.
Los océanos afrontan grandes retos
Los océanos afrontan grandes retos como la privatización de los fondos marinos para la explotación de sus recursos, el calentamiento de sus aguas, la sobrepesca y la contaminación química y por plásticos, desafíos que es previsible queden regulados en un tratado internacional de la ONU.
Los océanos cubren más del 70% de la superficie del globo y contienen el 96% del agua del planeta, en tanto que el resto es agua dulce que se encuentra en forma de ríos, lagos y hielo.
Pero los océanos soportan los efectos de la actividad humana y en las últimas décadas más del 90% del calor resultante del incremento de gases de efecto invernadero (GEI) se ha almacenado en su superficie, según datos del Instituto Español de Oceanografía, provocando con ello su acidificación, pérdida de biodiversidad, el incremento del deshielo del Ártico y la elevación del nivel del mar.
Según los científicos, los océanos son un sumidero importante para la captura de carbón que almacena en los fondos, lo que permite lograr la mitigación de la crisis climática, de lo contrario, la atmósfera contendría un 50% más de dióxido de carbono y la temperatura en la Tierra sería más alta. Absorben anualmente cerca del 25% del CO2 que se agrega a la atmósfera debido a la actividad humana, reduciendo así el impacto de este gas con efecto de invernadero en el clima.
Explotación de los fondos marinos
Sin embargo, «solo el 3% de su superficie está protegida», ha explicado a Efe la Directora adjunta de Programas de Greenpeace España, María José Caballero. De ahí la necesidad de un tratado internacional que proteja los océanos, según Caballero, para afrontar uno de los grandes retos actuales: la «privatización de sus fondos», relacionados con la bioprospección de recursos genéticos y la minería de profundidad.
Estas dos actividades son «realmente peligrosas», si las empresas «se organizan antes de que se logre la firma de un tratado internacional». En cuanto a minería profunda «hay muchos proyectos, sobre todo para la prospección de gas y petróleo en grandes profundidades«.
Por ello, desde Greenpeace hemos «incidido en el tema del Ártico», porque con el deshielo se está convirtiendo en una zona navegable, y el tema del cambio climático «no está entre las preocupaciones de las multinacionales, que no tienen problema en seguir con la búsqueda de combustibles fósiles» en esa zona.
«Es necesario dejar esos recursos fósiles en el fondo marino», según Caballero, aunque al parecer las multinacionales van más de prisa que las negociaciones y este jueves se ha conocido en la reunión de los Tres mares (Adriático, Báltico y Mar Negro) en Liubliana, el nuevo gasoducto Nord Stream 2, que llevará directamente gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico y comenzará a funcionar previsiblemente el 1 de enero de 2020.
La sobrepesca, el transporte de mercancías y el turismo en cruceros son otros de los grandes problemas de la biodiversidad marina por la exterminación de especies y la contaminación.