Blazing Chrome: gloria eterna a los clásicos de los 90

Hubo un tiempo en el que los videojuegos eran frustrantes por su dificultad y, por lo tanto, enormemente gratificantes cuando los completabas. Días en los que te dejabas las monedas en salones recreativos cargados de humo sabiendo que, esta vez sí, esta vez ibas a acabar con ese jefe final. Esos tiempos parecen perdidos en los actuales juegos de mundo abierto, con guardado automático de las partidas y decenas de objetivos que completar en el orden que quieras.

Afortunadamente, de vez en cuando surgen propuestas que honran a los clásicos y los actualizan para una nueva generación de jugadores. Es el caso de Blazing Chrome, un nada disimulado tributo a la saga Contra de Konami con elementos de los Metal Slug de SNK.

El pequeño estudio brasileño JoyMasher ha captado a la perfección el espíritu de la década de los 90 creando un run and gun difícil, muy entretenido y que cuenta con un control preciso. Además, su modo para dos jugadores multiplica la diversión y reduce algo la dificultad.

Todo en Blazing Chrome es un homenaje a la jugabilidad directa y desenfadada de los títulos de esos años. Los menús, los gráficos de estilo pixel art y el diseño de personajes y escenarios nos trasladan a una época en la que si apretabas el botón una décima de segundo tarde estabas muerto.

El argumento de Blazing Chrome es solo una excusa para enfrentarnos a decenas de enemigos mecánicos y jefes que nos exigirán reflejos, rapidez y buena memoria para recordar sus patrones de movimiento. La acción se sitúa en una Tierra dominada por las máquinas. Nuestros personajes forman parte de la resistencia humana y tendrán avanzar por seis niveles hasta destruir el núcleo de la inteligencia artificial.

En nuestra primera partida podemos escoger entre dos personajes, la humana Mavra y el robot “bueno” Doyle. Mavra y Doyle cuentan con las mismas armas y capacidades, pero cuando completemos el juego desbloquearemos a otros dos personajes que sí tienen habilidades distintas.

En cuanto a las armas, tendremos una básica y otras tres que encontraremos al destruir cajas. Podemos llevar las cuatro armas y seleccionar la que nos interesa pulsando un botón. También hallaremos power ups, que añadirán un pequeño dron a nuestro personaje que mejorará la velocidad, el ataque (con un segundo foco de disparo) o la defensa (en forma de un escudo que nos permitirá recibir dos impactos sin morir).

Lo que hace a Blazing Chrome un gran juego de scroll lateral es que es divertido desde el primer minuto hasta el último sin inventar nada nuevo. La mayor parte del tiempo nos desplazaremos de izquierda a derecha saltando entre plataformas. También hay fases de desarrollo vertical y otras que juegan con la profundidad y que recuerdan al mítico Space Harrier de Sega, con una mochila que nos permite volar. Los vehículos que podemos usar son un guiño a la saga Metal Slug, con helicópteros de los que podremos colgarnos y mechas que nos ayudarán a abrirnos paso a golpes y destrozar cajas.

Los jefes finales de cada una de las seis fases son la verdadera joya del juego. Son duros y nos obligarán a memorizar sus ataques y localizar sus puntos débiles. Un método de ensayo y error que también tendremos que ejercer con los jefes intermedios que pueblan cada una de las seis fases del juego y que nos servirán como checkpoint al derrotarlos. El control de nuestro personaje es muy preciso, lo que evita frustraciones innecesarias.

Blazing Chrome es un título exigente pero no desesperante ni demasiado largo. De entrada cuenta con dos niveles de dificultad. En el modo Fácil tendremos siete vidas, en el Normal cinco, y en ambos contaremos con créditos infinitos. Su ajustada dificultad será lo que nos tenga pegados a la pantalla durante unas buenas horas ya que, aunque no es un juego imposible, sí se nos puede atragantar algún jefe como el de la última misión.

Al completar el modo Normal tendremos acceso al modo Experto, todo un reto para quienes echen de menos la dificultad de la saga Contra. Aquí solo contaremos con tres vidas y tres créditos para completar el juego. Como en los viejos tiempos.