Cayó Evo por torcido

Luego de más de 13 años en el poder, el presidente Evo Morales renunció este domingo a la presidencia de Bolivia​ cercado por una profunda crisis política y social en ese país y denunciando un golpe de Estado.

«Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales», dijo Morales a través de la televisión, aludiendo a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los comicios.

Tras conocerse la noticia, el Gobierno de Mauricio Macri negó haberle ofrecido asilo político al ahora ex presidente boliviano y, horas después, se limitó a pedir «diálogo».

«Quiero decirles, la lucha no termina acá. Los humildes, los pobres, los sectores sociales vamos a continuar con esta lucha por la igualdad y la paz. Es importante decirle al pueblo que es mi obligación como presidente buscar esta pacificación«, sentenció Morales.

Entre las primeras repercusiones, Cuba expresó el domingo su «enérgica condena» al «golpe de Estado» en Bolivia y se solidarizó con Evo Morales. «Nuestra solidaridad con el hermano presidente Evo, protagonista y símbolo de la reivindicación de los pueblos originarios de Nuestra América. Llamamos a la movilización mundial por la vida y la libertad de Evo», dijo en Twitter el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

También hubo condenas por parte de Nicolás Maduro y Lula Da Silva​.

«Condenamos categóricamente el golpe de Estado consumado contra el hermano presidente @evoespueblo. Los movimientos sociales y políticos del mundo nos declaramos en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo», escribió Maduro.

México, finalmente, le ofreció asilo político a Evo Morales después de que la embajada mexicana en La Paz acogiera a funcionarios y legisladores bolivianos, informó el canciller mexicano Marcelo Ebrard.