Día Internacional del Hashtag: 12 años de la #almohadilla en Twitter

Si hace solo un mes se celebraba el Día Mundial del Emoji, en agosto toca hablar de una palabra que a más de uno se le atasca aún hoy a la hora de pronunciarla. El hashtag, o en castellano “etiqueta”, cumple 12 años en Twitter, la primera red social que la implementó, aunque su historia trae cola.

Como toda “revolución”, no es aceptada de buenas a primeras por todo el mundo, sino que es un proceso lento. A veces demasiado. Lo mismo ocurrió con el hashtag. El pajarito azul no fue quien tuvo la idea, sino uno de sus usuarios. Chris Messina, un extrabajador de Google, sugirió en los primeros días de la red disponer de una función para hacer grupos como en BarCamp, una red de eventos abiertos relacionados con la tecnología.

https://twitter.com/chrismessina/status/223115412?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E223115412&ref_url=http%3A%2F%2Fwww.rtve.es%2Fnoticias%2F20190823%2Fredes-sociales-dia-internacional-del-hashtag-12-anos-almohadilla-twitter%2F1977336.shtml

Sin embargo, lo que se pretendía no era congregar a los “usuarios” como tal, sino más bien reunir los “contenidos” que comentaban. Al añadir una almohadilla (‘#’) a una palabra o una frase, esta se transforma en un hiperenlace en el que están comprendidas otras publicaciones (tuits, fotografías, vídeos, etc.) que cuentan con el mismo asunto o temática. Messina y sus amigos comenzaron a usarlo asiduamente desde 2007 y en 2009 los desarrolladores de Twitter finalmente incluyeron esta función, que ha acabado por convertirse en uno de los sellos de identidad de la marca.

El origen de la etiqueta

Adriana Caneva y Shiro Nishimoto lanzaron en 2015 Glyph* un libro donde detallaban el origen de los símbolos de puntuación más conocidos. En el caso de la almohadilla, esta viene del latín. Libra pondo, una expresión que viene a decir “peso por libra” (de ahí que pounds signifique «libras» en inglés), comenzó a abreviarse como “lb” y para diferenciar la ele (l) del uno (1), el signo resultante tenía un pequeño guion encima para que no se confundieran (‘℔’). Esta adición en la parte superior fue gradualmente integrándose en el lenguaje escrito hasta convertirse en la almohadilla (‘#’) de hoy en día: el guion superior es la línea primaria que evitaba el caos l-1, mientras que el segundo es la parte inferior “imaginaria” de la ele y de la pe.

Cerca de la década de los 70, los laboratorios Bell (ahora Nokia Bell Labs), artífices de inventos como el teléfono con teclas en vez de con marcación rotativa, entre otros, decidieron incluirlo para separar las letras de los números en sus dispositivos. A falta de nombre, la bautizaron como “octothorpe”. “Octo” hace referencia a sus “ocho” puntas, mientras que con la terminación “thorp/thorpe” circularon gran cantidad de teorías. Empezando con que un trabajador (previsiblemente Don MacPherson) de los laboratorios decidió rendirle homenaje a Jim Thorpe, un deportista estadounidense galardonado en multitud de disciplinas, hasta que en el nórdico antiguo esta palabra significa “campo”.

Esta última especulación es la más aceptada. Por si tenéis curiosidad, hay traductores online del nórdico al inglés, e incluso al castellano, pero si buscáis directamente por “thorp” o “thorpe” no os aparecerá nada que remita a lo que se está hablando en estas líneas. En cambio, si probáis aquí, por ejemplo, y escribís “þorp”, sí os saldrán referencias más coherentes como “aldea” o “región”. Esto se debe a la transformación morfológica que ha sufrido esa palabra a lo largo del tiempo.

Su empleo en la actualidad

A pesar de que en el momento fueron rompedoras, lo cierto es que las funcionalidades de los hashtags no eran algo “nuevo”. Se comprobó con el ejemplo de BarCamp, pero desde 1988 ya se utilizaban las etiquetas de metadatos. Internet Relay Chat o IRC era una plataforma que agrupaba imagénes, contenidos, vídeos, etc., en categorías, lo que facilitaba mucho la tarea del filtrado a la hora de buscar algo en concreto.

Y aunque Twitter fue la primera red social en contar con las etiquetas, poco a poco fueron llegando al resto. La segunda en seguirle la pista fue Instagram en 2011, y casi podría ser considerada como la “reina del hashtag”. De hecho, da la posibilidad de seguir a una etiqueta en concreto, no ya solo a otros usuarios. En el mismo año también se animó Google+, y dos años después Flickr y Facebook se subieron al barco.

¿Cuáles han sido los más comentados?

Quienes son nuevos o no han utilizado mucho Twitter no sabrán qué significan conceptos como #FF o #NP, pero para unos cuantos fueron una constante en su tweet line. El primero de ellos es una abreviatura para #FollowFriday, una etiqueta con la que un usuario recomendaba a varios de sus seguidores. El segundo, de #NowPlaying, servía para dar a conocer la canción que una persona estaba escuchando en ese momento. De las dos formas se expandía el miniuniverso que cada persona tenía en su Twitter. En lo que respecta a Instagram, en la primera mitad de 2019 lo más comentado es #love, #instagood, #style, #dogstagram y #me, según el portal HubSpot.

Si hablábamos antes de los emojis, Twitter también ha pasado por la fase de crear emojis personalizados para distintos eventos, especialmente películas o series de televisión, que son los que más tirón tienen diariamente.

En España, algunos tan reivindicativos como #RefugiadosBienvenidos o #15M continúan en activo y siguen generando conversación cuando la actualidad política lo requiere. Además, con el movimiento feminista, otros como el #MeToo o el proyecto #Cuéntalo, de la periodista Cristina Fallarás, han tenido un gran impacto en la sociedad a nivel mundial.