El ‘Dolmen de Guadalperal’ emerge de las aguas
- Palabras Mayores
- agosto 28, 2019
- Generales, Internacionales
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El Embalse de Valdecañas, en la provincia de Cáceres, guarda oculta una joya patrimonial como pocas en España. Se trata de un monumento megalítico de entre 4.000 y 5.000 años de antigüedad que ahora ha emergido de las aguas del Río Tajo. La inusual bajada del nivel del pantano, a causa de la fuerte sequía que arrastra la zona y de varios desembalses, ha dejado al descubierto el llamado ‘Dolmen de Guadalperal’.
En alguna ocasión, cuando el agua escaseaba, podía observarse parcialmente entre las aguas, pero no se veía al completo desde la construcción del embalse a principios de los años sesenta del siglo pasado. El ‘Stonehenge español’, como ya lo han bautizado algunos medios, se encuentra en el término municipal de El Gordo, pero a sólo cinco kilómetros del municipio cacereño de Peraleda de la Mata, de no más de 1.400 habitantes. Precisamente en esa localidad es donde han dado la voz de alerta al ver al monumento en suelo seco tras muchos años.
Actualmente queda un centenar de piedras de granito, muchas de ellas aún en pie, aunque muchas otras yacen ahora tumbadas por la acción del agua. Todavía se aprecia la forma ovalada de la cámara principal, de unos cinco metros de diámetro. También restos del corredor de dólmenes de veinte metros que, en su momento, unía la ribera del Tajo con el monumento. La entrada la preside un gran menhir esculturado que esconde otro secreto. De desvelarlo se ha encargado Ángel Castaño, vecino de Peraleda de la Mata y presidente de la Asociación Cultural ‘Raíces de Peraleda’.
La teoría de un mapa esculpido del río Tajo
Castaño explica que sobre este menhir se veía esculpida lo que parecía una serpiente. “En un principio di por buenos los estudios que indicaban que podría simbolizar la protección del animal sobre lo que sería una zona sagrada”, remarca el profesor. Pero sus investigaciones han ido más allá. Siguiendo una intuición, Castaño ha llegado a la conclusión de que la línea con forma de serpiente puede ser el curso del río Tajo.
Sus características, cuenta, coinciden casi a la perfección. La silueta esculpida plasma el recorrido del río desde el afluente Gualija hasta el Ibor. “Al parecer no soy el único en haberse dado cuenta de este hecho, pues un investigador, cuyo nombre tendré que comprobar, afirma haberlo descubierto antes. Pero lo importante es que, de confirmarse, estaríamos ante uno de los mapas físicos realistas más antiguos del mundo”, concluye Ángel.
Este monumento megalítico comenzaría siendo un templo solar circular. Siglos más tarde se transformaría en dolmen y amurallaría. Más adelante se cubriría con un túmulo de tierra. “Probablemente fue un centro religioso en la zona y también un centro económico, porque éste era el Vado de Alarza y por aquí se podía cruzar el Tajo, uno de los pocos sitios de cruce del Tajo de norte a sur”, matiza Ángel Castaño.
Descubierto en 1925 y trasladado en parte a Berlín
El ‘Dolmen de Guadalperal’ lo descubrió el alemán Hugo Obermaier, capellán de la Casa de Alba, en el año 1925. Obermaier era un gran aficionado a la arqueología y estaba pasando unos días en la finca de Guadalperal cuando vio algo que le llamó la atención. Empezó a excavar y lo estuvo haciendo durante los siguientes dos años, hasta que todo el monumento quedó a la vista. Las piedras se quedaron en el lugar en el que están, pero todos los restos que encontró en su interior los transportó a Berlín. Como curiosidad, durante las excavaciones de Obermaier se encontraron evidencias de que los romanos habían saqueado el dolmen previamente. Se hallaron herramientas de aquella época e incluso una moneda romana.
Desde su descubrimiento y durante cuarenta años, el dolmen quedó a la vista de todos. Pero las aguas del Tajo empezaron a cubrirlo en 1963, cuando se construyó el Embalse de Valdecañas. Ahora, se puede incluso caminar entre los menhires, algo insólito que ha llevado a la asociación ‘Raíces de Peraleda’ a reclamar a las autoridades una actuación urgente. “Pedimos que se saquen las piedras, conservando la estructura, y que se lleve por encima del nivel del agua para darle el valor que merece”, concluye Castaño.
La Junta de Extremadura ya se ha pronunciado al respecto. El presidente de la región, Guillermo Fernández Vara, ha anunciado que va a trabajar de la mano de la Universidad de Extremadura para plasmar una hoja de ruta. Mientras, en el Ministerio de Cultura sopesan qué es mejor para el monumento, si catalogarlo y dejarlo donde está o iniciar un proceso de traslado a otro lugar seco.
“No entendemos que algunos expertos pidan que el monumento se deje en el pantano para no perder su contexto”, afirma Ángel Castaño. “Ya no tiene contexto, el yacimiento fue totalmente excavado y estudiado y su entorno está hoy sumergido. Carpas nadando entre los menhires no ha sido nunca su marco natural, pero sí podríamos devolverle parte de ese contexto perdido si lo sacan y colocan de nuevo entre las encinas a la orilla del agua, como siempre estuvo. Si se queda en el agua, en varias décadas no sólo se habrá perdido su contexto, sino el monumento también. Será o fuera o nada”, termina. ‘Raíces de Peraleda’ espera que el ‘Dolmen de Guadalperal’ emerja para siempre de las aguas del Tajo.