¡EL FIASCO!

Desde el instante mismo en que Alejandro Gaviria, exministro de Santos y exrector de la U de Los Andes saltó al ruedo con su candidatura presidencial, estaba metido en un berenjenal político que no pudo superar y hoy lo tiene de patitas en la calle de la sede liberal.

César Gaviria lo mando para la porra, cansado de tanto bambúqueo y tanta falta de seriedad de Alejandro, que saltó al ruedo apoyado por Gaviria y los 48 congresistas del partido liberal.

“Con Cristo y Fajardo no hay votos, le grito Gaviria muy alterado.”

¡Y tenía toda la razón!

Alejandro Gaviria puede ser muy preparado y muy intelectual, pero se metió en un terreno pantanoso que no sabe manejar.

Adicionalmente luce como el más inseguro y el más torpe de todos los candidatos.

Cambiar a César Gaviria y al partido liberal con sus 48 congresistas por Cristo y Fajardo, que hoy no tienen nada, ni registran nada en las encuestas, fue la más grande estupidez que yo haya visto en la política.

Todo por aparentar una independencia que nunca tuvo, por su cercanía con Gaviria y además con Santos.

Yo creo que esa candidatura nació muerta.

Álvaro Ramírez González, Columnista
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