EL QUE ESTÉ LIBRE DE PECADO QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA

No logramos entender, que lleva a los seres humanos a subirse al pedestal de los incorruptos a juzgar a los demás. Algunos parecen haber nacido con un solo objetivo, el escanear y juzgar a cada persona que se le cruza en la vida y cuando desafortunadamente se juntan mas uno de estos personajes, tienen un poder tan destructivo que acaban con lo que se encuentran a su paso.

En este caso le tocó ser la víctima de ese clan, a Roberto Jiménez Naranjo. No vamos a hacerle eco al «clan de los perfectos», juzgando las actuaciones incorrectas o no, de su hermano, pero de algo estamos convencidos, que en este país del Sagrado Corazón, no existe una sola familia que no tenga en sus haberes, la oveja diferente y no por eso los demás tenemos derecho a discriminarlos. Si con dificultad muchas veces uno mismo no logra controlar sus actuaciones, como van a pretender que controlemos las de los demás?.
Basta ya !!! dejemos de igualarnos con Dios, para juzgar a diestra y siniestra a los demás, en este caso a Roberto Jiménez, un buen ser humano, que hace lo posible a través de sus buenas actuaciones, su calidad humana y su gestión social, por mejorar las condiciones de vida de una comunidad.

No le quitemos la fama a una buena persona, que quiere romper para él y su familia un cadena que los ata al suelo y no los deja despegar. Pongamos un poquito de generosidad en el corazón de cada uno y no sigamos jugando a ser Dios, porque hasta Él perdonó, cuando dijo a una turba enfurecida «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra».

Álvaro Restrepo Arenas.