Escuela de liderazgo ‘Mujeres como Tú’ entregó uniformes en centro de rehabilitación de La Virginia

El eco de las máquinas de coser resuena con la misma fuerza con la que resuena la alegría de los niños al recibir sus uniformes.

En esta oportunidad, en el municipio de La Virginia fueron 65 prendas entregadas a niñas y niños en situación de vulnerabilidad y personas con discapacidad, un gesto que no es aislado, porque en toda Risaralda ya son 690 uniformes distribuidos y el reto del gobernador Juan Diego Patiño Ochoa, a través de las manos laboriosas y sensibles de un compromiso tejido puntada a puntada por las mujeres de la Escuela de Liderazgo Mujeres Como Tú es claro: en este primer trimestre del año la meta es llegar a 871.

La secretaria de Mujer, Familia y Desarrollo Social, Ana Lucía Córdoba, expresó la importancia de esta iniciativa y del respaldo del Gobernador Juan Diego Patiño en su ejecución:

“Estamos en La Virginia haciendo entrega de 65 uniformes confeccionados en la Casa Empoderada de la Mujer Risaraldense. Ellas los confeccionan y estamos aquí en un centro de rehabilitación para personas con discapacidad, para niños, niñas y adolescentes, en compañía de la primera dama del municipio de La Virginia, entregando esta dotación para los jóvenes”.

El impacto de la entrega de estos uniformes no solo se mide en cifras, sino en los rostros iluminados de quienes los reciben.

María Elena Valencia, gestora social del municipio de La Virginia, compartió su emoción por este momento:

“Estoy muy complacida de que nuestros niños y niñas en condición de discapacidad reciban este nuevo uniforme para venir a estudiar todos los días. Son chicos de muy bajos recursos, es una población vulnerable y sé que van a estar muy agradecidos de recibir este nuevo regalo”.

El corazón de Risaralda late en las manos de sus mujeres, en la fuerza de su aprendizaje y en la transformación de su realidad. El gobernador Juan Diego Patiño Ochoa ha sido clave en esta apuesta por el empoderamiento femenino, en la apertura de espacios para que mujeres tejedoras de sueños también puedan hilar un futuro próspero para ellas y sus comunidades. Porque cada uniforme entregado es más que una prenda: es un voto de confianza, una oportunidad, una historia que se sigue bordando el transitar de Risaralda.

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