La Dulcera, una obra para mitigar riesgos y sanear una importante fuente hídrica de la ciudad

Gracias a una inversión conjunta cercana a los $10.400 millones, la Alcaldía, la Diger y Aguas y Aguas de Pereira adelantaron las obras civiles, para la mitigación de riesgo y optimización de la canalización de la Quebrada La Dulcera. Estos trabajos correspondieron a la fase 1, del primer tramo, donde se avanzó en obras relevantes para el saneamiento hídrico de la zona de influencia de la quebrada y la protección de la infraestructura de servicios públicos de acueducto y alcantarillado al sur – oriente de la ciudad.

“Hemos terminado la fase I de la canalización de la Quebrada La Dulcera, una canalización que estaba en un riesgo crítico de colapso y que, por fortuna, gracias al esfuerzo del pago de los impuestos de los pereiranos hemos logrado sufragar con las utilidades arrojadas por la compañía, señaló Carlos Maya, Alcalde de Pereira. “Esta es una Quebrada que desde el pasado se había hecho una canalización, que data de hace más de 35 años. También es importante reconocer que esa canalización no se hizo con los mejores acabados constructivos, pero hoy intervenimos un importante tramo de 140 metros lineales de una construcción con tubería liner, con una tecnología muy importante para garantizar la vida útil de la canalización”, agregó Maya López.

UN POCO DE HISTORIA

La Quebrada La Dulcera o Quebrada Vegayá, como era conocida antiguamente, fue canalizada hace aproximadamente 35 años con una conducción tipo caja rectangular, que con el paso de los años, y dados los continuos procesos de urbanización de la ciudad, fue intervenida con llenos de distintas características, inadecuados y sin condiciones técnicas, cuyas profundidades eran entre 5 y 21 metros, resultado de basuras y escombros arrojados en la zona por los pobladores de esa época.

El tramo 1 de la canalización, de aproximadamente 897 metros de longitud y profundidades de 15 metros, fue segmentado en 3 fases de intervención, comprendidas entre el edificio Alquitrabe y la clínica Pinares Médica, las cuales reflejaban algún tipo de deterioro, sin embargo, la primera fase 1, hoy intervenida, tuvo una extensión de 140 metros aproximadamente y registraba un riesgo de colapso inminente, es decir, no cumplía con la norma de sismoresistencia y tampoco con la capacidad hidráulica para las temporadas de lluvias.

ASÍ SE DESARROLLÓ LA INTERVENCIÓN

La obra se ejecutó mediante excavación sin zanja, con el método llamado túnel Liner, una tecnología amigable con el medio ambiente, porque además de garantizar efectividad en las excavaciones para el tipo de suelos en llenos, botados y basuras, permitió facilitar la extracción de material por medio de sistemas de polipastos directamente del túnel horizontal al vertical y luego hacia las volquetas para su disposición final, otorgando así seguridad y salud en el trabajo al personal de obras y disminuyendo accidentes laborales, todo esto teniendo en cuenta que este tipo de obras tiene muchos riesgos asociados.

Las intervenciones, en su gran mayoría, se realizaron en profundidades que oscilaban entre los 10 y los 17 metros, para lo cual, se construyeron 3 pozos de acceso vertical cubiertos en láminas de túnel liner, por donde se ingresaba a las excavaciones horizontales que conformaron el túnel y se introducía el material de la obra, entre ellos la tubería GRP de 1,9 metros de diámetro ubicada a lo largo del túnel principal formando la nueva canalización.

Sobre la intervención realizada, Leandro Jaramillo Rivera, Gerente de Aguas y Aguas de Pereira, precisó que “vamos a ir poco a poco haciendo el canalizado de la Quebrada, iniciamos con la fase más crítica, acá donde estamos se hizo entonces la reposición con la misma tecnología aplicada en el colector Egoyá, unos grandes túneles de acceso para que nuestro personal estuviera trabajando 17 metros bajo tierra e ir poco a poco construyendo un túnel hasta la parte donde ya la Quebrada corre a cielo abierto.

El funcionario reveló que hoy se tiene una reposición de este tramo de la canalización, una entrega completa con obras de mitigación de la energía antes de llegar al cauce natural, unas obras de mitigación para proteger otros taludes donde se tiene otra infraestructura asociada como la del Cable y en este momento, poder garantizar que en este punto donde se hizo la canalización, las condiciones de riesgo cambien, se minimizan. Se estima que la fase II de la canalización de la quebrada La Dulcera requiere una inversión cercana a los $20.000 millones de pesos y se deberá ejecutar en el mediano plazo, también con recursos de Aguas y Aguas y de la Administración Municipal.

ALTO RIESGO EN PEREIRA

“Nosotros teníamos acá la mayor condición de riesgo que tiene la ciudad en el corto plazo, porque hay muchas condiciones de riesgo existentes. Ustedes que han estado con nosotros en los últimos años, se han dado cuenta cuando tenemos un deslizamiento allí o una avería en tal sitio específico”, explicó Alexander Galindo, Director de Gestión del Riesgo de Pereira.

En este sentido fue enfático en indicar que este era un problema estructural, porque en caso del colapso de la canalización tendríamos una afectación total en una zona donde tenemos, entre otros, una clínica, entonces este tipo de inversiones son estructurales para resolver problemas de la ciudad, que si bien es cierto no son visibles y las personas no las recorren, eso no significa que no hubiese una condición de riesgo y la posibilidad de alguna ocurrencia de desastre.

DATO DE INTERÉS

Las obras, además, contemplaron anclajes para el manejo de taludes adyacentes a la estructura de descarga directa sobre la quebrada, esto para la protección del Talud cercano y la Pilona del Megacable.

En el marco de la obra se hizo también la construcción de alcantarillados superficiales y de aguas de escorrentías en la zona del descole, para mitigar afectación a zona circundantes, se realizó además, la reconstrucción del pavimento rígido en la calle 9 frente a la Clínica Pinares Médica, la construcción de la estructura de descargue en concreto de alta resistencia, así como, la infraestructura de entrega a la Quebrada y tres megacámaras de inspección que se ejecutaron dentro de los pozos a 17 metros de profundidad.