La oportunidad aprovechada del Valencia y otras claves de la final

El Valencia tenía hambre de título, venía con el ánimo crecido tras una temporada de menos a más y sin presión ante el favoritismo del Barça. Y los de Marcelino aprovecharon su oportunidad en la final.

También apovecharon sus dos grandes ocasiones, incluido un espectacular contragolpe, la estrategia que había planteado el entrenador asturianosalió a la perfección. Un técnico al que la directiva dio la confianza cuando los resultados no acompañaban al inicio de la temporada.

Con este título el club pone el broche de oro a su centenario. Además, está ganando efectividad en las finales de Copa. Sigue con un balance negativo en su historia, pero ha ganado las tres últimas que ha disputado.

El error de Lenglet y los problemas en ataque

El Barça no hizo casi nada bien. El mayor símbolo del desacierto fue cuando Lenglet realizó un desvío defectuoso que estuvo a punto de costarle un gol a los pocos minutos.

En el ataque no encontraron la inspiración. Se notó la ausencia de una referencia en la punta del ataque. El recurso de Messi como falso nueve no funcionó. El argentino tendía a recibir más atrás el balón y nadie hizo perder la compostura a la defensa valencianista.

Solo en la parte final Piqué ejerció como delantero centro. Por su parte, Coutinho acaba la temporada muy tocado. Su imagen tras el pitido final, atendido aparentemente de calambres mientras sus compañeros agradecían el apoyo de la grada, fue un tanto patética.

La noche de Parejo

El capitán del Valencia ejerció como tal en todo momento. Fue llamativo que pidiera calma nada más marcar el 0-2, mientras el resto de sus compañeros corrían a celebrarlo y en las gradas la afición deliraba.

El capitán se retiró vitoreado lesionado en la segunda tras un derroche de esfuerzo. Al término del encuentro dijo que era su día más feliz como valencianista tras ocho temporadas. Como para no. Y es que es el primer título del club desde 2008.

Crisis en el Barça: el entrenador y el rejuvenecimiento

El mazazo que se ha llevado la afición culé con esta derrota no es comparable a la de hace medio mes en Liverpool. Pero si entonces ya hubo críticas al equipo, ahora habrá más. Valverde recibió el respaldo de Messi y del presidente Bartomeu en vísperas de la final, lo cual debería garantizar su continuidad. Pero el proyecto necesita cambios.

El viernes Piqué fue preguntado por la necesidad de rejuvenecer al equipo y se mostró partidario. Este sábado, Valverde dio la oportunidad a tres de los cuatro más jóvenes de la convocatoria: Arthur de inicio y Malcom y Aleñá en la segunda mitad. Los dos últimos sí dieron un poco de aire fresco, pero no contagiaron a otros.