La Tierra tiene una nueva miniluna que la acompañará durante varias décadas

La Tierra cuenta con un nuevo satélite. Se trata de una especie de miniluna que ha sido bautizada como 2022 NX1 y que fue descubierta por un grupo de astrónomos aficionados en 2022. El objeto acompañará a nuestro planeta durante las próximas décadas.

En julio del año pasado, los astrónomos que lo descubrieron se encontraban en un remoto observatorio de las montañas de Hakos, en Namibia. De primeras, dudaron de si se trataba de algún tipo de basura espacial, algo lamentablemente muy frecuente en nuestro espacio exterior. También barajaron la posibilidad de que fuera un asteroide o incluso un trozo de la Luna.

En aquel momento, se publicó que podía ser de origen artificial, pero al mes siguiente astrónomos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) observaron el objeto con OSIRIS, un espectrógrafo y generador de imágenes instalado en el Gran Telescopio Canarias, en la isla de La Palma.

Las conclusiones se han publicado ahora en la revista Astronomy & Astrophysics, donde se informa de que se trataría de un asteroide con un tamaño entre los 5 y los 15 metros y con una composición que podría ser tanto de tipo rocoso como con mayor contenido en metales, pero en cualquier caso con unas características incompatibles con material de origen lunar.

Órbita de herradura

El objeto da vueltas al Sol en lo que se conoce como una órbita de herradura, que ocurre cuando un observador en un cuerpo en órbita observa el movimiento de otro cuerpo en movimiento, cuya órbita es más excéntrica, pero posee aproximadamente el mismo período.

Según explican los científicos encargados, la gravedad de la Tierra puede desviarlo de su órbita de manera temporal y hacer que el asteroide circunvale nuestro planeta, convirtiéndose así en una miniluna.

Hasta el momento se han dado tres situaciones similares, 2006 RH120 y 2020 CD3 y 1991 VG. Según han descubierto, 2022 NX1 experimentó una captura temporal por parte de nuestro planeta en 1981, otra en 2022 y tendrá una tercera de mayor duración en el año 2051. Después, desde mediados de la década de los 70 de este siglo, incluso podría llegar a colisionar, según el estudio.

«A consecuencia del encuentro cercano a finales de ese año o principios de 2052, su trayectoria posterior podría resultar alterada de tal modo que tendría una cierta probabilidad de colisionar con la Tierra a partir de diciembre de 2075», advierte Raúl de la Fuente Marcos, principal autor a Sinc. «Su tamaño es inferior al del asteroide que dio lugar al superbólido de Cheliábinsk sobre esa ciudad rusa en 2013, así que las consecuencias de un posible impacto serían mínimas».