Murió la artista Sophia Vari, esposa de Fernando Botero
- editora
- mayo 5, 2023
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El 5 de mayo de 2023 murió Sophia Vari, la esposa del maestro Fernando Botero. La artista griega falleció por complicaciones asociadas al cáncer. Pintora, escultora, joyera y collagista, Vari estudió bellas artes en L’École des Beaux Arts de París en los cincuenta. Su escultura se podría clasificar como clásica moderna. Allá conoció a Botero en a finales de los setenta y desde entonces fueron una dupla inseparable.
“La admiro muchísimo como artista y la quiero mucho. Llevamos cuarenta años juntos. Tenemos una relación extraordinaria. El éxito de esto es que ella sea tan adorada, tan querida”, dijo el maestro Botero sobre su esposa en 2019, a El Colombiano.
Sobre su obra, Vari dijo en vida: “En realidad yo fui siempre una escultora que pintaba y no una pintora que hacía escultura. Yo traté de aprender muy bien a dibujar, recorría mucho los museos, miraba muchos libros”. Su trabajo ha sido expuesto en París, Mónaco, Atenas, Madrid, Ginebra, Pietrasanta, Cartagena, Medellín y Bogotá.
La enciclopedia del Banco de la República describe su trabajo así: “su obra ha sido reconocida en la tendencia de la moderna escultura clásica, con líneas de abstracción y una faceta de multiculturalidad en donde ha plasmado diferentes culturas alrededor del mundo, especialmente la cultura griega”.
El arte, el destino que escogió Sophia Vari
Sophia Vari nació en 1940 en Vari, Grecia. Desde los 17 años, cuentan, se interesó por el arte; comenzó con una pintura muy clásica pese a que en Grecia el peso y relevancia se la llevaba la escultura. “Yo fui siempre una escultora que pintaba y no una pintora que hacía escultura”, le dijo a El Colombiano. Aún así se empeñó en aprender dibujo y pintura; “Traté, verdaderamente, de tener una riqueza del conocimiento de todo lo que se llama el gran arte”.
La vida la llevó a París, en donde accedió a talleres y comenzó a hacer esculturas. “Hubo un momento, después de que empecé con la escultura igualmente figurativa y clásica, en que tuve mucho respeto por lo que se ha hecho a lo largo del tiempo y empecé con la abstracción convencida de que da la libertad que no da la figuración”.
Sin embargo la figuración la limitaba: “Para mí y mis convicciones del arte, la composición de los volúmenes y el espacio, la armonía entre ellos, me hizo sentir esclava de la figuración porque no me permitía esa composición, esa melodía que yo quería con los volúmenes”.
“Soy muy clásica en la técnica, sea pintura, acuarela o mármol, lo manejo siempre de una manera muy clásica. Y después, cada aspecto de mi trabajo tiene una atmósfera, una idea, una emoción figurativa, que recoge aspectos del momento, la actitud. Todo es con una manera de hacer las cosas muy barroca, con sensualidad, que deja ver la parte figurativa. Eso es lo importante para mi. Yo tengo una obsesión por la geometría y por la composición de los colores”, le dijo Vari a El Colombiano en 2019.
Vari y Botero
Cuando Sophia Vari conoció a Fernando Botero, en París, no conocía mucho la obra del maestro antioqueño: “Conocí primero al hombre antes que al gran maestro”, dijo, según la citan en El Espectador. La artista griega, nacionalizada colombiana, contó como fue su primer encuentro con Botero:
“Fue la cosa más banal. Yo quisiera encontrar otra forma de decirlo, más divertida. Nos conocimos en una comida. Empezamos a hablar en francés porque yo no sabía ni una palabra en español, lo hablo muy mal, ahora me defiendo. Fue en París, algo muy clásico, una cena con bastante gente, una gran mesa. Yo conocía poquísimo su obra, casi nada. Conocí primero al hombre antes que al gran maestro y luego pasó bastante tiempo porque yo tenía problemas que resolver y él también. Él se divorció y yo también”, comentó la artista en una entrevista con El Colombiano en 2012.
Cuando se conocieron los dos estaban casados. Vari contó que “aunque mi matrimonio era fatal, uno de esos matrimonios de conveniencia, no estaba dentro de mi esquema mental sostener una relación fuera de él. Además, el éxito de Fernando, su éxito con las mujeres me daba miedo. Yo creía que la relación era importante pero imposible”.
Divorciados, en 1978 se casaron. Desde entonces la vida de Fernando y Sophia se repartía entre París, Italia, Colombia y Nueva York. Sus veranos eran en Pietrassanta, en Italia, donde Botero tiene su taller de escultura, un pequeño pueblito de la Toscana, en donde este verano no verán a Botero acompañado de Sophia.