En este contexto, el Santo Padre lanzó un llamamiento a acabar contra la violencia hacia la mujer:
«¡Cuánta violencia hay contra las mujeres! ¡Basta! Herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer».
Imitar a María que «custodia meditando»
Por otra parte, el Obispo de Roma profundizó sobre la diferencia entre el modo de actuar de los pastores, tras el nacimiento de Jesús, que «contaron a todos lo que habían visto», y la actitud discreta, pensativa y meditativa de la Virgen María:
“Ella conserva y medita en el corazón. Son dos actitudes distintas que podemos encontrar también en nosotros. El relato y el asombro de los pastores recuerdan la condición de los inicios en la fe. Allí todo es fácil y sencillo, nos alegramos con la novedad de Dios que entra en la vida, que lleva a todos los ámbitos un clima de asombro. Mientras la actitud meditativa de María es la expresión de una fe madura, adulta; de una fe que no acaba de nacer, sino que se ha convertido en generadora”
Para el Papa, la Madre de Dios «custodia meditando», y esta es precisamente un modo de ser que todos nosotros estamos invitados a imitar:
«Aprendamos de la Madre de Dios esta actitud: conservar meditando. Porque hay ocasiones en que también nosotros tenemos que sobrellevar algunos «escándalos del pesebre», es decir, cuando tenemos la esperanza de que todo va a salir bien, pero de repente cae, como un rayo de la nada, un problema inesperado. Y se crea un conflicto doloroso entre las expectativas y la realidad».
Al respecto, Francisco indicó que hoy la Madre de Dios nos enseña a sacar provecho de este choque ya que «es necesario», porque «es el camino angosto para llegar a la meta, la cruz sin la cual no se resucita. Es como un parto doloroso, que da vida a una fe más madura».
La mirada de las madres que abrazan a sus hijos
Igualmente, el Pontífice puntualizó que esta mirada inclusiva, tan característica de María, «que supera las tensiones conservando y meditando en el corazón», es la mirada de las madres:
“Es la mirada con la que muchas madres abrazan las situaciones de los hijos. Es una mirada concreta, que no se desanima, que no se paraliza ante los problemas, sino que los coloca en un horizonte más amplio. Vienen a la mente los rostros de las madres que asisten al hijo enfermo o en dificultad. Cuánto amor hay en sus ojos, que, mientras lloran, saben comunicar motivos para seguir esperando”
Iniciemos este nuevo año bajo la protección de la Virgen
Francisco concluyó su alocución invitando a todos los fieles a iniciar este nuevo año poniéndose bajo la protección de esta mujer, la Madre de Dios que es nuestra madre:
«Que nos ayude a conservar y a meditar todas las cosas, sin tener miedo a las pruebas, con la alegre certeza de que el Señor es fiel y sabe transformar las cruces en resurrecciones. También hoy invoquémosla como lo hizo el Pueblo de Dios en Éfeso, repitiendo tres veces su título de Madre de Dios: Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios”.