PTAR Dosquebradas-Pereira, la obra que transformará la historia del agua en el eje cafetero

Después de años de planeación, trámites y gestiones, Dosquebradas y Pereira alcanzaron un logro sin precedentes: la puesta en marcha del proyecto ambiental más ambicioso del eje cafetero. Se trata de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Pereira–Dosquebradas, una obra que representa un punto de inflexión en la relación de las ciudades con el agua, con su territorio y con la vida misma.

Una PTAR es mucho más que una construcción. Es el corazón de un sistema que recoge las aguas usadas en hogares, comercios e industrias, para transformarlas en agua limpia, lista para retornar a los ríos sin causarles daño. Es la posibilidad de devolverle a la naturaleza lo que durante años recibió sin defensa. Por eso, este proyecto no solo responde a una necesidad técnica, sino que marca el inicio de una nueva conciencia ambiental en la región.

Una alianza que hace posible lo impensable

Nada de esto sería posible sin el trabajo conjunto entre la Alcaldía de Dosquebradas, Serviciudad, la Alcaldía de Pereira, Aguas y Aguas, la Gobernación de Risaralda, la Carder y el Gobierno nacional. Esta suma de voluntades permitió estructurar un proyecto que hoy cuenta con una inversión de $462.372 millones. De este total, la Alcaldía de Dosquebradas aporta más de $11 mil millones, y Serviciudad se suma con más de $8 mil millones. El Gobierno respaldó la iniciativa con el aval fiscal del Confis y aportará el 58% de los recursos. Esta inversión compartida refleja una convicción colectiva: que el desarrollo ambiental no puede seguir esperando. Cada entidad creyó, cada decisión sumó.

Un antes y un después para el territorio

La PTAR Pereira–Dosquebradas no es un proyecto aislado. Hace parte del Plan de Desarrollo ‘Transformemos a Dosquebradas’, y se alinea con la apuesta del Gobierno nacional en su Plan de Desarrollo ‘Colombia Potencia Mundial de la Vida’. Es una intervención profunda sobre una de las cuencas hídricas más importantes del país, la del río Otún–Consota.

Con esta obra, Dosquebradas se proyecta como un referente nacional en saneamiento hídrico, avanzando hacia la protección real de los ecosistemas y la biodiversidad del río Otún, el cierre de brechas históricas en el tratamiento de aguas residuales, la generación de empleo a través de la dinamización de obras públicas y la mejora en la calidad de vida de más de 623 mil personas que habitan la cuenca. Aquí, el agua deja de ser un problema para convertirse en el eje de una transformación tangible y urgente.

El impacto de esta Planta se verá en lo ambiental, pero también en lo urbano. Solo en Dosquebradas se construirá una red de 22 interceptores, canales subterráneos encargados de recolectar las aguas residuales de sectores como Frailes, Montebonito, Víbora, Cañaveral, Ladera Norte, Gutiérrez, Soledad, Miraflores, Molinos, Santa Isabel, Chillona, La Cristalina, entre otros. Ahora bien, se espera que el proyecto sea adjudicado en 2026 y que la construcción comience en 2027, marcando una nueva etapa para la infraestructura pública de la región.