Sudáfrica logra reducir un 25% las muertes de rinocerontes por caza furtiva

Sudáfrica cerró 2018 con una reducción del 25% en el número de rinocerontes muertos por la caza furtiva, si bien las amenazas aún son muy graves para esta especie, advierte el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Las muertes pasaron de 1028 en 2017 a 769 el año pasado, lo que supone una mejora respecto a la tendencia de la última década, en la que las muertes venían en general en aumento o registraban solo disminuciones leves. Es la primera vez en cinco años que la cifra de ejemplares muertos baja del millar.

El Parque Kruger (noreste) -una de las principales reservas naturales del continente africano y hogar de la mayor parte de la población nacional de rinocerontes- fue una vez más el espacio más castigado, con 421 animales perdidos a manos de los furtivos.

«La crisis para los rinocerontes está lejos de terminar y es importante considerar el número de rinocerontes que quedan con vida tanto como las pérdidas por la caza furtiva«, ha señalado WWF en un comunicado.

Aumentan las muertes de elefantes

Esta organización conservacionista advierte también de que, aunque las muertes de rinocerontes están disminuyendo, han aumentado las de los elefantes en lugares de referencia como el Kruger.

WWF aplaude el aumento de las detenciones de cazadores ilegales, pero alerta también de que estas redes se comportan como el crimen organizado y que la «corrupción» mina la lucha contra ellas.

Los datos sobre las muertes de rinocerontes han sido publicadas por el Ministerio de Asuntos Medioambientales de Sudáfrica, país que presume de tener la mayor colonia de estos mamíferos del mundo.

20.000 rinocerontes en Sudáfrica

La nación austral posee unos 20.000 ejemplares si se combinan las cifras de los blancos y negros (catalogadas en peligro de extinción y vulnerable, respectivamente) y sus reservas se usan para repoblar otros paisajes africanos donde estos animales prácticamente han desaparecido.

Sin embargo, Sudáfrica viene luchando contra una grave escalada de la caza furtiva desde 2008 -en 2007 solo murieron 13- que, para las reservas naturales de todo el país, ha supuesto, por ejemplo, incrementos de hasta el 50% en costes de seguridad.

Los cazadores buscan sus cuernos, que se venden sobre todo en los mercados asiáticos -donde se le atribuyen propiedades curativas y afrodisíacas- por precios superiores a los del oro.