FaceApp, una diversión con riesgos para la privacidad
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- julio 18, 2019
- Generales, Internacionales, Tecnologia
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FaceApp, la aplicación que nos permite ver cómo vamos a envejecer, está causando furor en los últimos días, en los que las redes sociales se han visto inundadas de miles de retratos de ancianos.
Sin embargo, los expertos no han tardado en advertir que lo que parece un simple divertimento también puede suponer un riesgo para la privacidad, debido a la letra pequeña de la aplicación, que le permitiría usar la información personal de los usuarios y las fotos con fines comerciales.
Creada en 2017 en Rusia por el ingeniero Yaroslav Goncharov, la aplicación -que es gratuita- permite editar las imágenes personales para parecer más viejo o más joven, cambiar de sexo o comprobar cómo nos quedaría una barba, un corte de pelo o un tatuaje.
El hecho de que artistas como Alejandro Sanz, Luis Fonsi o David Bisbal se hayan lanzado a publicar sus imágenes no han hecho más que aumentar la popularidad de FaceApp.
Letra pequeña
Todo esto ha llevado a que la aplicación se haya situado como la más demandada en los últimos días en las tiendas virtuales y que acumule a nivel mundial más de cien millones de descargas.
Sin embargo, los expertos advierten del peligro que supone la letra pequeña de las condiciones de uso de la aplicación, que establece que el usuario cede el derecho a FaceApp a emplear sus fotos, nombre, voz e identidad con fines comerciales. También permite transferir los datos de un Estado a otro para regirse por la jurisdicción de protección de datos de otro país.
«Accede a todas tus imágenes porque cuanta más información tenga sobre ti más real será la recreación de tu cara en unas décadas», aseguran desde Yandex, el Google ruso, en una entrevista con la corresponsal de TVE en Moscú, Erika Reija.
El riesgo de la privacidad es algo que afrontamos los usuarios a veces con poca consciencia de lo que supone. «No solemos leer las condiciones y desconocemos el detalle de qué se hará con esos datos«, asegura a RTVE.es Daniel Díez de Dios, director de negocio de la agencia de estrategia digital Good Rebels.
Aunque más del 80% de los internautas en España afirma que la privacidad de sus datos en la red es muy importante, sobre todo a raíz de casos como el de Cambridge Analytica, «otra cosa es que los usuarios, a la hora de la verdad, frenemos nuestro impulso de utilizar determinadas apps o canales por desconocer las condiciones de privacidad», añade Díez de Dios. Es decir, somos conscientes del riesgo pero a menudo no somos capaces de decir ‘no’, «especialmente cuando se trata de una moda masiva a nivel mundial», como ocurre en este caso.
Daniel Díez de Dios considera que es «difícil» calibrar si el riesgo en la utilización de FaceApp en mayor que en el caso de otras aplicaciones que también hacen uso de nuestros datos. «La alarma se genera por el éxito de la aplicación», dice, pero tampoco es ajeno a este temor el hecho de que «los servidores se encuentren en Rusia», añade.
«Escapa al control de la UE»
Aunque FaceApp no es la única aplicación que roba datos ilegalmente, la diferencia es que esta lo hace con el consentimiento de los usuarios debido a unos términos de uso cuya cláusula es «abusiva», según señala a EFE el abogado especializado en protección de datos y ciberseguridad Borja Adsuara.
Para el letrado, el hecho de que la empresa sea rusa es un problema porque «escapa al control de la UE», donde existe un Reglamento de Protección de Datos que protege el uso ilimitado de datos e imágenes y que exige que el usuario de consentimiento «expreso y específico» para cada uno de los usos concretos, además de disponer del derecho a cancelarlos.
Adsuara, en la línea de lo que plantean otros expertos, considera que FaceApp y otras aplicaciones similares se están difundiendo con el objeto de mejorar los sistemas de reconocimiento facial basadas en inteligencia artificial, algunas de las cuales son «muy beneficiosas» para los usuarios, como las utilizadas en los bancos, en el sector sanitario o en la seguridad aeroportuaria.
«Puede ser un problema en el futuro dependiendo de en qué manos estén esos datos», asegura Eusebio Nieva, experto en ciberseguridad de la empresa Check Point, que en declaraciones a EFE apunta que los mismos pueden ser cedidos a otro socio, a una agencia o utilizados por el gobierno ruso que, según indica, tendría derecho a acceder a estos datos alegando el interés o el bien de la nación.
Nieva advierte que el rostro es una de las «biohuellas» más utilizadas para el reconocimiento de las personas, lo que significa que este tipo de empresas «tienen una base de rostros inmensa», aunque eso no signifique específicamente que estén haciendo un uso malicioso de esta información.
Mientras, Wireless App, la empresa propietaria de FaceApp, ha negado a través de comunicado que venda o comparta estos datos con terceros: «El 99% de los usuarios no se registra por lo que no tenemos ningún dato que pueda identificar a esa persona». El comunicado también afirma que, aunque el equipò de desarrollo de la compañía está en Rusia, los datos no son transferidos a dicho país.