LA CÁRCEL LA CONCORDIA YA TIENE LUZ VERDE PARA SU CONSTRUCCIÓN

La Secretaría de Gobierno anuncia que aquellos problemas ambientales o de suministro de agua potable que detenían la construcción de La Cárcel La Concordia, en el corregimiento de Combia, ya fueron superados y se les otorgarán sus correspon​dientes licencias ambientales. Desde el Gobierno de la Ciudad se aspira que las labores de edificación inicien a finales del mes de septiembre.

«Noticias muy positivas tenemos hoy desde el Gobierno de la Ciudad, podemos confirmarle a todos los pereiranos y risaraldenses que la cárcel La Concordia es una realidad, ya las licencias ambientales que estaban pendientes por expedir de parte de la corporación ambiental de la CARDER ya fueron expedidas, están en proceso de notificación» comentó Álvaro Arias, secretario de Gobierno.

Recordemos que a mediados de julio la Ministra de Justicia y del Derecho, Margarita Cabello Blanco visitó el departamento de Risaralda, donde uno de los temas a tratar con los mandatarios fue precisamente el solventar aquellos requerimientos que hacían falta para hacer de este proyecto una realidad. 

Por tal motivo los diversos entes territoriales generaron mesas de trabajo para así, avanzar con aquellas soluciones que faltaban para hacer realidad el proyecto.

«Vertimientos de residuos, exploración de aguas profundas, el descapote. Todas esas licencias ya están disponibles para que el contratista que el USPEC (Unidad de servicios penitenciarios y carcelarios) escogió a nivel nacional inicie labores hacía el mes de septiembre, entonces así, de 24 a 28 mes meses vamos a tener la cárcel La Concordia, una cárcel moderna, un centro penitenciario de última tecnología a nivel nacional»

Se estima que este centro penitenciario tendrá una capacidad para 1.500 privados de la libertad, los cuales se dividirán en 5 módulos, lo que determinará 300 reclusos en cada uno de ellos.

De esta manera se espera combatir el problema de hacinamiento carcelario que se enfrenta alrededor del departamento y además brindar unas condiciones dignas para aquellos que cumplen su condena, soñando así con la resocialización.