La violencia vuelve a las calles de Hong Kong

La violencia ha vuelto a las calles de Hong Kong en el duodécimo fin de semana de protestas antigubernamentales y a lo largo del día se registraron varios incidentes entre la policía, los manifestantes y residentes de la urbe, en medio de una marcha autorizada que prometía ser pacífica.

Después de 10 días de relativa paz, la tensión ha regresado a las calles este sábado cuando miles de personas se han manifestado en Kwun Tong, un área de clase trabajadora en el este de Kowloon.

Todo ello pese a que no se ha materializado un plan anunciado por los manifestantes que buscaba causar interrupciones en los enlaces de transporte al aeropuerto internacional de Hong Kong al atascar los trenes y autobuses del aeropuerto.

Finalmente la protesta se ha centrado en Kwun Tong, con una marcha en la que se han registrado numerosos incidentes como el producido por un grupo de manifestantes vestidos de negro que han colocado barricadas en una carretera.

A la altura de la calle Wai Yip se ha producido otro momento tenso cuando cientos de manifestantes se han colocado cascos y máscaras antigás, y han permanecido más de una hora frente a un grupo de policías gritándoles consignas como «¡Mafiosos, mafiosos!».

Y, por la tarde, la policía antidisturbios se ha desplegado en Kowloon Bay, el punto final de la marcha. Entonces, un grupo de manifestantes les ha arrojado bombas de gasolina y la policía ha respondido al ataque disparando gas lacrimógeno.

La Jefa del Ejecutivo de Hong Kong llama al diálogo a los manifestantes

Mientras, la Jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, ha vuelto a llamar al diálogo a los manifestantes y a través de un mensaje en la red social Facebook les ha asegurado que «continuar luchando no es la salida«.

La apelación se ha producido después de que un grupo de ciudadanos se reuniera con ella en la Casa de Gobierno para expresar sus inquietudes sobre cómo construir una plataforma para el diálogo. «Les estoy muy agradecida por su disposición a entrar en la Casa de Gobierno en un momento difícil y ayudarnos a encontrar una salida para la sociedad», ha dicho Lam.

Las multitudinarias protestas callejeras, que están suponiendo la mayor crisis política en décadas para la urbe, se han sucedido desde principios de junio, y algunas de ellas han terminado en violentos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.

Cuando las protestas comenzaron, los ciudadanos mostraban su rechazo a un proyecto de ley de extradición presentado por las autoridades locales que permitiría la entrega de sospechosos a jurisdicciones sin acuerdos previos como la China continental, algo que los opositores al texto consideran como el fin de las garantías judiciales que ofrece el sistema hongkonés.

Sin embargo, las manifestaciones han ido evolucionando en las últimas semanas hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad y hacia el rechazo a la creciente influencia de Pekín en los asuntos locales.

Bajo el modelo «Un país, dos sistemas», el Gobierno chino se comprometió tras recuperar Hong Kong a salvaguardar su autonomía y a respetar una serie de libertades de las que no gozan los ciudadanos de la China continental hasta 2047.