¿Qué es la listeriosis y cómo se contrae?

La listeriosis es una zoonosis de origen alimentaria, es decir, una infección transmitida de animales a personas a través del consumo de productos alimenticios contaminados. La bacteria causante del contagio es la Listeria monocytogenes, que vive en intestinos de animales y personas sanas y en el medio ambiente.

La bacteria tiene una gran resistencia para sobrevivir en condiciones adversas, adhiriéndose a casi cualquier superficie inerte. Su capacidad para soportar altas concentraciones de sal y temperaturas bajas de refrigeración facilita su desarrollo y la contaminación de los alimentos, que se produce por falta de higiene o contacto con superficies contaminadas. Las personas que consuman estos alimentos tienen muchas probabilidades de enfermar.

Los tipos de alimentos más susceptibles de provocar el contagio son aquellos listos para el consumo (ALC), que no requieren un cocinado previo y tienen una larga vida útil en refrigeración, tales como quesos blandos y semiblandos, pescado ahumado, fiambres y patés; los productos elaborados con leche cruda o sin pasteurizar y las frutas y verduras consumidas crudas sin lavar. También existe una pequeña posibilidad de enfermar por vía nosocomial (en hospitales con infectados) o por contacto con animales portadores.

¿Cuáles son los síntomas y las personas en riesgo?

Los síntomas pueden revelarse de formas distintas en función de si la infección es invasiva o no. En los casos leves se asemeja a una gripe, provocando fiebre y problemas gastrointestinales sin grandes repercusiones en adultos sanos. Cuando la bacteria se reproduce fuera del intestino, avanzando al sistema nervioso, puede producir síntomas como dolor de cabeza, rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio o convulsiones; con un porcentaje de mortalidad del 15,6%.

Las personas en riesgo por el contagio de listeriosis son las mujeres embarazadas, en las que pueden ocasionar partos prematuros, abortos o infecciones graves en el feto; y los recién nacidos, las personas con sistemas de inmunización débiles y las personas de edad avanzada, en las que puede provocar meningitis o septicemia.

¿Cómo se cura y qué secuelas puede dejar?

La listeriosis se trata con antibióticos por vía oral durante una semana en los casos leves, y hasta tres semanas en los más graves. La Listeria monocytogenes no es resistente a los fármacos, por lo que no permanece ni deja secuelas en el organismo.

¿Cómo se previene?

La gran resistencia de la Listeria para sobrevivir en condiciones adversas hace que sea indispensable una higiene correcta en los lugares de producción, distribución, venta y consumo, así como mantener la temperatura de refrigeración por debajo de los 2ºC en todo el proceso. A la hora de consumir los productos, es indispensable:

  • Lavarlos en el caso de las frutas y las verduras.
  • Cocinar la carne a 70ºC o más.
  • No descongelar ningún producto a temperatura ambiente.
  • Evitar consumir productos lácteos o derivados que no hayan sido pasteurizados.
  • Nunca juntar productos crudos con los ya cocinados

Estas medidas deben extremarse para las mujeres embarazadas.

¿Por qué han aumentado los casos en los últimos años?

Un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III y el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, publicado Eurosurveillance, afirma que los casos de listeriosis en España han aumentado entre 1997 -75 notificados- y 2015 -448- con 5.696 hospitalizaciones en total. La mortalidad en este periodo fue del 17%, aumentando al 67,5% en personas de más de 65 años, que representaron el 50% de los afectados.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), plantea que se trata de una enfermedad emergente en Europa y que está siendo infradiagnosticada. Entre las causas de este aumento, se encuentra el mayor consumo de comida rápida y lista para tomar entre la sociedad actual, así como el desarrollo de cepas más virulentas de la Listeria.