REINALES ES UN «FALTÓN» AFIRMA CARLOS HUMBERTO ISAZA R.

Carlos Humberto Isaza, hombre de confianza del expresidente liberal Cesar Gaviria Trujillo, no dejó títere con cabeza y se despachó en contra del exalcalde de Pereira Juan Pablo Gallo y del Congresista Juan Carlos Reinales, a quien tildó de «faltón».

(Leer la columna de Isaza Rodríguez).

«VACA LADRONA NO OLVIDA EL PORTILLO»

«La única condición que puso Diego Patiño, para acompañar la aspiración al Senado de Juan Pablo Gallo, fue que éste no tuviera, dentro del departamento de Risaralda, en ninguna lista o partido, candidatos a la Cámara. Esa es una condición lógica y razonable. Pues un aspirante al Senado, ‘dueño del equipo’ de la administración municipal de Pereira, que es la estructura más grande y capaz de ejercer la mayor influencia sobre el electorado de una ciudad que arroja el 70% de los votos de Risaralda, se constituye en un factor desequilibrante de la política regional.

Hoy es de público conocimiento que Gallo no tiene un candidato a la Cámara en Risaralda, sino dos: uno es el dirigente de occidente Aníbal Hoyos, anterior alcalde de Belén y quien fuera elegido por un movimiento ciudadano que promovió su candidatura a través de firmas y el otro es el actual Representante conservador, Juan Carlos Rivera.

Aníbal Hoyos fue un buen alcalde y aunque soportó el desprecio que por todos los alcaldes de provincia profesó el entonces alcalde de Pereira, Juan Pablo Gallo, hoy se ha convertido en la punta de lanza que Gallo ha escogido para tratar de romper el liderazgo que, por muchos años, Patiño ha mantenido en los municipios del occidente de Risaralda.

Hay que tener presente que Aníbal Hoyos ni Juan Carlos Rivera pertenecen al Partido Liberal, pero la coyuntura política da para esa componenda; pues la ruptura entre Rivera y la Casa Merheg, pone en difícil posición a Rivera para conservar su curul en la Cámara, por eso, y en un arrebato de oportunismo, Gallo sale a ofrecerle los votos liberales que necesita para completar lo que le hace falta y, así, tratar de garantizar su reelección, debilitando de esa forma la lista liberal a la Cámara; con lo que pone en calzas prietas a los actuales Representantes del liberalismo: Patiño y Reinales.

Como se sabe, Reinales está en muy malas condiciones políticas. No solo porque es un ‘faltón’, ni porque se le haya ido su principal alfil, un tal diputado de apellido Toro, sino también por el daño reputacional que le produjo la denuncia que le formuló el abogado Jaime Lombana, por presuntamente ejercer presiones indebidas y solicitarle coimas al representante legal de una EPS, caso del que conoce la Corte Suprema de Justicia. Reinales subsiste porque en una relación de mutua desconfianza, conserva las cuotas de poder y los contratistas que le permiten sobreaguar en un mar turbulento, plagado de intrigas, falsas relaciones e hipocresía.

Y si a eso le sumamos que Gallo vaya a feriar los votos liberales, para hacer elegir a un candidato conservador, pondrá en grave riesgo la elección de, al menos uno de los actuales representantes del liberalismo y, de paso, hará trizas la paz política que se respirara si se hubiera cumplido la condición de que Gallo, por ser candidato al Senado, no terciara a favor de nadie para la Cámara.

Hoy, desde distintas fuentes, a través de los canales que ofrecen las redes sociales, se hizo un llamado vehemente para que todos los integrantes del ‘Equipo del Cambio’, acudieran a una oficina de un centro comercial a dar testimonio de sumisión total a la voluntad de Gallo, de acompañar, a pie juntillas, las campañas a la Cámara de Aníbal Hoyos y de Juan Carlos Rivera, con lo que podrían incurrir en doble militancia, por querer imponer, a toda costa, los nombres de dos personas que no pertenecen al liberalismo, pero que le sirven para hundir las curules de los liberales.

Como se puede concluir, a Gallo no se le olvidan las manías de traicionar y de defraudar. El único que le quedaba por traicionar era Samy Merheg, su socio de los últimos ocho años. Ya no le queda ninguno. Y a los de ahora, los traicionará mañana, porque ‘vaca ladrona no olvida el portillo».

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10 de agosto de 2021