Inventos para la carrera espacial que usamos a diario… y lo que queda por llegar: del GPS a la hibernación
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- julio 18, 2019
- Generales, Internacionales, Tecnologia
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Día a día, los humanos -al menos en el mundo desarrollado- hacen uso de tecnologías que tienen su origen en la carrera espacial. Ya sea desde su GPS, viajando en avión o incluso en transporte público, utilizando sus portátiles, comprando en el supermercado o haciéndose ciertas pruebas médicas. Cuando se cumplen 50 años de la llegada de la humanidad a la Luna, cabe recordar que buena parte de los avances en medicina y alimentación se deben a misiones tripuladas, pero detrás de la carrera espacial hay mucho más.
“Los beneficios de la investigación sobre el espacio van mucho más allá de los resultados científicos. La innovación científica va de la mano del desarrollo tecnológico, que se traduce en una fuente de aplicaciones en la Tierra”, expone a RTVE.es el director del Equipo de Estrategia e Innovación de Exploración Humana y Robótica de la Agencia Espacial Europea (ESA), Steefan De Mey.
Para que una investigación espacial se ponga en práctica en la Tierra -lo que se conoce como transferencia tecnológica– pueden ocurrir dos cosas. “La más directa es que, cuando necesitan desarrollar algo para el Espacio, las agencias espaciales contraten a empresas para investigar sobre una necesidad y les den financiación. Luego las empresas, junto con universidades y centros de investigación, desarrollan tecnologías y -una vez cumplido el encargo- ellas mismas las ponen en el mercado”, expone la directora del Centro de Operaciones y Soporte a Usuarios español (E-USOC) de la ESA, Ana Laverón.
La otra forma es a la inversa, cuando una empresa se interesa en una tecnología espacial. “Yo misma publiqué una investigación sobre fluidos de microrradar y al cabo de un tiempo una empresa petrolera se puso en contacto conmigo porque estaba interesada en los resultados. Y es que tenían a empleados leyendo publicaciones científicas para ver en qué aspectos les podría ser de interés”, confiesa la doctora.
Tecnologías que debemos a la carrera espacial
Las misiones destinadas al Espacio han contribuido en gran medida a la revolución digital y médica a lo largo de los años. Estos son algunos avances que le debemos a la carrera espacial.
- Telefonía móvil y GPS
Los satélites han revolucionado las telecomunicaciones. “La telefonía móvil comenzó siendo por satélite”, expone Laverón, quien destaca que a día de hoy los satélites en telefonía se emplean en aquellas zonas donde las infraestructuras de las compañías telefónicas no llegan.
La navegación por satélite es la que ha permitido que los ciudadanos ya no necesiten sus mapas de carreteras para viajar. No importa que sea Google Maps o un navegador para coche: “Todos los sistemas de GPS son a día de hoy navegación por satélite”, prosigue la experta, que destaca que se basan en la tecnología Galileo. El desarrollo de la navegación por satélite ha revolucionado a su vez la aviación con vuelos más precisos y seguros.
- Medicina y seguridad
Las aplicaciones de la investigación espacial en medicina son innumerables. Pasando por los escáneres TAC (Tomografía Axial Computerizada) que permiten tomar imágenes del interior del organismo para detectar tumores o problemas óseos, a los implantes cocleares o la técnica ‘Lasik’ para operaciones de vista.
También se han beneficiado de la carrera espacial los profesionales de emergencias como bomberos y militares gracias a materiales ignífugos a base de fibra de polibenzimidazon (PBI) que se utiliza para proteger del fuego. Los bomberos respiran también gracias a tanques de aire presurizado que fueron diseñados en un principio para soportar la vida en el espacio.
- Portátiles, cámaras de vídeo y energía solar
“Reducir la masa y el volumen de las cosas que se llevan al Espacio es importantísimo”, prosigue Laverón: “Un kilo de peso en la Tierra es como 100 kilos de masa para el lanzador”, lo que conlleva una importante inversión para los propulsores de la nave. La investigación ha permitido reducir tecnologías como los ordenadores portátiles o incluso las cámaras de vídeo, presentes ya en todos los teléfonos móviles.
La búsqueda de fuentes de energía eficientes y ligeras de la NASA, fundamentales para misiones espaciales, ha dado también lugar a la creación de células solares de silicio que se utilizan actualmente en placas solares.
Los avances para soportar la vida en el Espacio se instalan en la Tierra
Las misiones tripuladas a la Luna han tenido una relevancia especial. Las misiones “en las que van personas tienen nos hacen que haya que investigar ciertas cosas que no se hace para misiones no tripuladas, como por ejemplo la alimentación”, expone la directora del Centro de Operaciones y Soporte a Usuarios español (E-USOC) de la ESA, Ana Laverón.
La presencia de productos tan comunes como la comida deshidratada en los supermercados y algunos suplementos alimenticios representan el traslado de estos avances a la vida cotidiana ya que fueron originalmente diseñados para “la conservación y control de la calidad de los alimentos” en el Espacio.
Uno de los objetivos de la investigación espacial es que la exploración del Sistema Solar se haga de forma sostenible, como explica De Mey. Eso implica algunos “compromisos”, como la reducción del gasto energético, incluyendo “el agua y el oxígeno”, o “cultivar comida en un círculo cerrado” con cero desperdicios.
La ESA opera a día de hoy el Advanced Closed Loop System -sistema avanzado de circuito cerrado, en español- a bordo de la Estación Espacial Internacional, un programa para explorar tecnologías “cruciales” para la sostenibilidad y el cuidado medioambiental con avances en el tratamiento del agua, la agricultura o la reducción de las plagas.
Pero el ahorro de energía puede incluso producirse dentro de los organismos humanos y ese es precisamente otro proyecto en el que está trabajando la ESA: inducir la hibernación y el letargo para misiones espaciales de larga duración. Para De May, los avances para la reducción de la tasa metabólica de los astronautas “no sólo pueden reducir el consumo de aire, agua y alimentos, sino también pueden conllevar a ser menos susceptibles a los daños por radiación”, una cuestión que “podría mejorar la tasa de supervivencia tras sufrir cardíacos y a las víctimas de violencia”.
Labor divulgativa
Tanto la NASA como la ESA se encargan de divulgar las aportaciones que están haciendo mejorar la vida terrestre. Así, la agencia americana cuenta con el proyecto ‘Spinoff’, una publicación que recoge 50 ejemplos de los avances más importantes al respecto, como cuando un ingeniero de la NASA descubrió un polímero en 1990 que a día de hoy se utiliza en marcapasos de todo el mundo para evitar ataques cardíacos, un sistema de realidad virtual diseñado también en aquella década que está siendo empleado por pilotos profesionales para su entrenamiento, o cómo la NASA ha contribuido a mejorar los gimnasios gracias al sistema de resistencia Bowflex Revolution.
El proyecto divulgativo de la ESA se llama ‘You benefit‘ y explica entre otras cosas cómo han descubierto una bacteria que, empleada inicialmente para poder cultivar alimentos en otros planetas como parte del proyecto MELiSSA, contribuye a reducir el colesterol en humanos. O cómo se han desarrollado nuevos medios de comunicación para personas con discapacidad grave basadas en herramientas de visualización creadas para ayudar a los astronautas en el Espacio.
“Son 21 ejemplos sobre agricultura, medio ambiente, gestión de riesgos, energía, arquitectura, movilidad y transporte que se originan en una investigación para la exploración de objetos en órbita baja (LEO), hasta la Luna o Marte”, concluye Steefan.
Lo que piden ambos expertos de la ESA es, precisamente, que los países doten de una mayor financiación a los investigadores para seguir investigando el Espacio en beneficio de todos y para seguir contribuyendo al progreso en la Tierra.