Gobernador Juan Diego Patiño Ochoa entregó a La Celia su renovada Casa Comunal

La mañana comenzó con rostros alegres y palabras que brotaban con orgullo. Los pasos de los líderes comunales, vecinos y autoridades locales resonaban entre las paredes de lo que, hasta hace poco, era una vieja edificación de más de medio siglo. Hoy, completamente renovada, se levanta como símbolo del esfuerzo colectivo: la nueva Casa de la Acción Comunal de La Celia ya es una realidad.

Por años, las 31 juntas de acción comunal que tiene La Celia soñaron con un espacio digno, funcional y representativo para sus actividades.

Más de 2.000 comunales inscritos en los libros oficiales de cada junta esperaban con ilusión este momento. Ese anhelo, que parecía lejano, tomó forma gracias al modelo de presupuesto participativo, impulsado por la Gobernación de Risaralda.
En total, fueron invertidos 483 millones de pesos, de los cuales 425 millones fueron aportados por la administración departamental y 57 millones por la Alcaldía de La Celia. La ejecución del proyecto estuvo a cargo de la Empresa Territorial de Desarrollo Urbano y Rural (EDUR).

“LES CUMPLIMOS A NUESTRAS COMUNIDADES”

Durante la inauguración, el gobernador Juan Diego Patiño Ochoa, el gobernador más joven y comunal de Risaralda, recorrió con satisfacción cada rincón del nuevo espacio.

“Este es un gobierno de puertas abiertas y respeto. Con orgullo decimos que estamos cumpliendo a nuestras comunidades. Esta obra es una muestra de que el presupuesto participativo funciona y genera transformaciones reales”, afirmó el mandatario, rodeado de aplausos.

Más allá de los discursos oficiales, la emoción se hizo palpable en las palabras de Orlando Gaviria, presidente de Asojuntas de La Celia, quien por años gestionó, insistió y creyó en que algún día el proyecto sería una realidad.

“Es una satisfacción inmensa inaugurar esta casa que se transformó al 100 %. Era una edificación de más de 50 años que nunca había recibido una intervención. Gracias al apoyo del señor gobernador, la administración municipal y Planeación Departamental, hoy tenemos un sueño hecho realidad.”

Cuando se le preguntó sobre los cambios más significativos, Gaviria fue enfático: “Lo más relevante fue todo: desde el techo, el piso y las paredes. Fue una transformación completa que dignifica el espacio donde nos reunimos y trabajamos por el bienestar de nuestra comunidad.”

Ahora, la Casa de la Acción Comunal no solo es una sede; es un lugar de encuentro, de construcción colectiva, de diálogo. Un espacio que dignifica la labor de los líderes y lideresas de barrio, y que simboliza cómo la participación ciudadana puede convertirse en obras tangibles con verdadero sentido social.

Así, entre abrazos, fotografías y voces emocionadas, La Celia selló un capítulo más en su historia comunal. Uno donde el compromiso institucional, liderado por Juan Diego Patiño Ochoa y el trabajo comunitario se encontraron para cumplir un sueño largamente esperado.

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